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El verano de 1991 marcó un antes y un después en mi vida: fue el día en el que comencé a observar. 

Desde entonces, nunca he dejado de buscar, apuntar, de hacer pantallazos... De hacerme preguntas y cuestionar las respuestas. Me considero fan de todo lo que lleve de manera intrínseca disfrutar de la vida. Me encanta diseñar papelería para eventos y pintar cuadros con texturas.

 

A partir de aquí tengo un claro objetivo: poner la creatividad al servicio de los demás utilizando dos herramientas esenciales: la ilusión y el compromiso. Ser gafas nuevas con las que mirar hacia un mundo mejor.

 

 

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